No es de extrañar que muchas veces perdamos la esperanza en la raza humana. Somos testigos día a día de miles de catástrofes. Algunas de ellas, generadas por «personas» cuya humanidad es más bien dudosa.

Hablo de los incendiarios que han provocado con alevosía pérdidas de masa forestal históricas en Galicia, pero no sólo eso: 4 muertos, centenares de familias destrozadas, once mil hectáreas arrasadas. Estarán orgullosos de su obra de destrucción y muerte. Esperemos que pronto estén en la cárcel. Ya nadie nos devolverá esos bosques, esas casas, o esas personas que ya no están con nosotros.

Otros desastres los ocasiona el odio, el fanatismo, el creernos diferentes a los demás por nuestra procedencia, color de piel, banderas… En fin, que si un rayo de esperanza aparece por el horizonte hay que hablar de él. Y de ahí que este comentario no quedará dominado por el pesimismo inicial.

Animation of kilonova created by colliding neutron stars (Image: NASA Goddard/YouTube screengrab

La detección del choque de dos estrellas de neutrones, mediante una increíble colaboración internacional, representa lo que podemos hacer juntos, lo que podemos hacer cuando nada nos divide.

Ni las fronteras, ni los idiomas, ni la política, ni la economía, pararon a científicos de todo el mundo que se comunicaron los datos de la primera detección, para poner luego a trabajar a los satélites en tierra y en el espacio con el fin de apuntar en la misma dirección, la dirección de un hallazgo histórico, nada menos que un choque ocurrido cuando los dinosaurios aún estaban en la Tierra, y todo gracias a una coordinación humana que roza los mejores designios de la ciencia ficción…