El plan de austeridad griego contempla fuertes subidas de los impuestos hasta 2012, y planes contra la evasión fiscal. Durante los dos primeros años, el estado espera recaudar por estos conceptos casi un 50 por ciento de lo que necesita para sanear sus cuentas. ¿Están preparados los ciudadanos griegos para estas medidas?
Si obviamos los 50.000 millones por privatizaciones que espera recaudar el gobierno griego, el 23 por ciento de los ingresos que prevé para este año y el siguiente tienen que ver con la subida de los impuestos. Por ejemplo, el IVA ha pasado del 21 por ciento al 23, aunque se negocia con el FMI una rebaja para no ahogar la economía. También han subido los impuestos al tabaco y el alcohol y las cotizaciones sociales.
Evasión fiscal: un mal endémico
El resto de medidas de austeridad se basan en recortes en el sector público, en defensa, en sanidad, y… la lucha contra la evasión fiscal. Un delito que según la OCDE le cuesta a Grecia unos 15.000 millones al año, es decir, entre un 25 y un 30 por ciento de su PIB. El plan de choque contra el fraude espera recaudar 1.500 millones este año y 4.400 en 2012. Las últimas investigaciones de las autoridades helenas en este campo acabaron con un resultado de 555 yates no declarados confiscados, más de 1200 piscinas ilegales localizadas y multas a compañías por evasión de tasas de hasta 8,5 millones de euros.
Validar el billete de Metro
Pero los ejemplos no sólo están en las rentas altas. En Atenas, validar el billete de metro no es costumbre. Se calcula que las redes de transporte público tienen una deuda millonaria. El suburbano cuenta con servicios de aire acondicionado y televisión, pero pocos viajeros pagan sus billetes, algo que llevó a un político heleno a asegurar que sería más barato pagar un taxi privado a cada ciudadano que mantener el metro de Atenas.
Salario medio
Por último, existen 600 profesiones donde se permite la jubilación a los 50 años. El salario medio en Grecia es de 800 euros mensuales, y unos 17.859 euros anuales, menos de la mitad de lo que cobra como media un alemán o un británico.