Versos libres a Suárez
La memoria le robó disfrutar del final.
Todos honran hoy al que fue traicionado
y al mismo tiempo respetado, querido.
Cuatro palabras encerraron su promesa:
las dio vida.
Su mirada segura, tranquila, transmitió la confianza
a las dos orillas del abismo
que bajo su ánimo aglutinador
decidieron tender puentes para construir el gran experimento:
la democracia española, poder elegir.
El pueblo lo hizo, usted lo facilitó desde las entrañas
del monstruo.
Cuando la criatura volvió a abrir sus fauces
usted no se inmutó porque no le dio la gana,
porque usted era el presidente,
porque nadie puede imponer con las armas
lo que las urnas condenan.
Porque sus palabras volvieron a fundir las armas
que le apuntaban, quizás temblorosas,
cuando en largas horas encerrado en un despacho del Congreso
volvió a demostrar que la palabra es la que abre caminos,
la que moja la pólvora y la deja sin utilidad.
Lleva años sin recordar,
pero su espíritu, impregnado de saber y de secretos,
quizás hoy haya echado la vista atrás
y, ante la mirada de los amigos,
ante el abrazo de un Rey,
de un vecino,
de cualquier ciudadano;
sienta: lo que tratamos de construir, lo construimos entre todos,
con el ejemplo de todos.
Cunda su ejemplo.
Autor: Carlos Fernández-Alameda
(Derechos reservados bajo SafeCreative.org, para su reproducción, ponerse en contacto con el autor en el correo alamedos @ gmail.com)