Héroes y desinformados

La imagen nos ha conmovido. Desplomado sobre uno de los colchones, ataviado todavía con el equipo de protección, ni siquiera la mascarilla había abandonado su rostro, con los brazos relajados, en un gesto en el que se cristalizan el agradecimiento, el agotamiento y el merecido descanso. La hilera de camas improvisadas se extiende hacia el final del pasillo. Atrás quedan horas extenuantes de trabajo para salvar a los demás del coronavirus.

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