La decisión de separar los ministerios de economía y hacienda es una de las estrategias del nuevo gobierno para facilitar la gestión de la crisis. Los gobiernos socialistas tienden a unirlos, los populares a separarlos. ¿Qué razones argumentan?
Felipe González defendió la unión de ambos ministerios, José María Aznar los separó. La idea básica es que el Ministerio de Economía juegue un papel más internacional y se enfrente a los grandes asuntos económicos del país. Mientras que el Ministerio de Hacienda trata de ordenar las cuentas públicas y reformar la administración.
La primera reacción a la decisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de separar Economía y Hacienda ha llegado desde los propios técnicos del Ministerio de Hacienda. Su opinión es que esta separación mejorará el control sobre ingresos y gastos, el funcionamiento de la Agencia Tributaria, facilitará los ajustes en la estructura de la Administración y la lucha contra el fraude.
No son pocos retos para Hacienda a los que se une poner coto a la deuda autonómica y solucionar la financiación de los ayuntamientos y el más complicado: controlar el déficit para cumplir con Bruselas. La plaza en la que el Ministerio de Economía deberá desarrollar gran parte de su labor. Su misión es alejar a España de los periféricos, fomentar la competitividad exterior, reactivar la economía y reestructurar el sistema financiero.