Una de las principales lecciones que se pueden extraer del día a día es la necesidad de cuidar la mente. Es difícil escapar a veces de nosotros mismos, de la conspiración interna que impulsan nuestras preocupaciones y de la dificultad de encontrar la paz en nuestro entorno rápido, instantáneo y fugaz. Hay que soltar el vaso para que el brazo no duela, dicen los psicólogos, soltar de vez en cuando lo que nos preocupa para dejar a la mente que tome su propio camino.