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- El problema es tan importante que la Unión Europea se plantea envíar expertos, y el gobierno una reforma educativa que dé la vuelta al modelo.
- Acabar con la llamada generación ni-ni, o generación perdida se convierte en prioridad en toda Europa.Frente al concepto de generación ni-ni, ni estudia ni trabaja, muchos jóvenes opusieron el de generación sin curro, sin casa, sin pensión… sin miedo.
- La imagen del joven español conflictivo, que se niega a estudiar y no quiere trabajar, frente a la del joven dinámico que lucha por su futuro en un ambiente de altísima competitividad obligado en muchos casos a emigrar porque su país de origen no le ofrece oportunidades.
- Dos conceptos opuestos avalados por infinidad de estadísticas. Los líderes políticos hablan de generación perdida en España a la vista de una tasa de paro que ronda el 50% entre los menores de 25 años o de los datos de la EPA que cifran en más de 750.000 jóvenes los que no estudian ni trabajan.
- Sin trabajo, no hay ahorro, ni emancipación. En el otro lado de la balanza varios estudios han desmontado a la generación ni-ni a la que reducen en el caso del Instituto para la Juventud al 1%, para el Consejo de la Juventud apenas representan el 5,6% porque la mayoría no trabajan porque no pueden, lo hacen en actividades no remuneradas o se están formando.
Muchos jóvenes reclaman para ellos el concepto de generación Sputnik defendido por el presidente estadounidense Barak Obama: aquellos que manejarán con soltura más de dos idiomas, que liderarán la investigación en tecnología y que están haciendo frente a los mayores retos de la historia: cambio climático y crisis económica incluidos.