Los líderes europeos presionan a Grecia para que alcance un acuerdo con los acreedores privados y aumente sus esfuerzos para sanear sus cuentas. Tras la cumbre, altos representantes de la UE se ha entrevistado con el primer ministro interino Lucas Papadimos.

Juncker, Van Rompuy, Durao Barroso, Papadimos, Venizelos. Los altos representantes de la UE y de Grecia reunidos tras la cumbre. Invitada especial: la impaciencia. Los socios europeos urgen al país heleno a esforzarse más para sanear sus cuentas y a llegar a un acuerdo con sus acreedores privados. Las palabras del primer ministro Lukas Papadimos, no han tranquilizado del todo, aunque admite que el acuerdo es inminente.

«En cuanto a la reestructuración voluntaria de la deuda, ha habido un progreso significativo en los parámetros económicos. En los próximos días las negociaciones continuarán y el objetivo es llegar a un acuerdo, en paralelo con la finalización de las consultas para el nuevo programa económico para Grecia.»

 De fondo, la polémica por la propuesta de que un supervisor comunitario se establezca en Grecia para apoyar el saneamiento griego. Idea que rechaza el presidente francés Nicolas Sarkozy pero que su homóloga alemana Angela Merkel, defiende:

 «Grecia es un caso especial debido a la participación de acreedores privados, como se ha confirmado una vez más hoy, debido a que la situación de la deuda de Grecia es especialmente mala, una afirmación que es muy importante. En segundo lugar, este control sólo es necesario si un país no cumple con las directrices cuando se le examina. Ese no es el caso de Portugal hasta el momento, y ciertamente no es el caso de Irlanda. Pero si lo es en el caso de Grecia. Y es por ello que existe la necesidad de que dicha supervisión se presente. Así que Grecia es un caso especial. «

Todo esto cuando aumentan las voces que cifran el segundo rescate en 145.000 millones frente a los 130.000 previstos.