La línea de crédito abierta para España ha situado en el punto de mira de los mercados a Italia. Su gobierno ha criticado que la lentitud con la que actúa la Unión Europa mientras ve como la prima de riesgo de los bonos italianos se eleva al entorno de los 470 puntos básicos.
Poco a poco el deterioro hace mella en la economía italiana. Una auténtica Fontana de Trevi que va perdiendo pedazos en los mercados, acosada no por lo nieve, la humedad y el paso del tiempo, sino por la deuda pública, la prima de riesgo y la atención de los inversores que se traslada de Madrid a Roma.
El primer ministro Mario Monti, quiere evitar que Europa tenga que lanzar sus monedas sobre Italia para salvar una economía que ha comenzado lenta y dificultosamente sus trabajos de restauración por falta de fondos.
Monti pide políticas europeas de crecimiento y para la estabilidad financiera, pero Roma no concreta sus reformas mientras la deuda pública rebasa el 120%, la prima de reisgo aprieta, la bolsa cae, y la tasa de desempleo se sitúa por encima del 10%.
Las palabras de la Ministra de Finanzas austríaca asegurando que el país transalpino necesitaría ayuda ha hecho raccionar a todos los líderes italianos que rápidamente lo han descartado. Además, han recibido el apoyo del director general de Fitch, que descarta el rescate porque no augura problemas en los bancos que podrían resquebrajar las piezas que quedan en pie.