El fin del mundo no llegará el 21 de diciembre de 2012. A pesar de las múltiples pruebas científicas que los demuestran, la NASA ha tenido que lanzar una página web con un montón de material dedicado únicamente a desmontar el mito maya.
Malas noticias para los apocalípticos. El fin del mundo no llegará el 21 de diciembre. Ninguna prueba científica apunta a esa posibilidad y ni siquiera los mayas lo predijeron así. Su calendario no termina en esta fecha que sólo marca el fin del decimotercer ciclo de los 17 que contemplaban, como recientemente se ha descubierto. Don Yeomans, experto de la NASA:
“Probablemente todo esto empezó con el mal llamado “fin del calendario maya”, pero su calendario no termina en el 21 de diciembre de 2012, sólo marca el fin de un ciclo y el inicio de uno nuevo”
Uno nuevo para el que sí predijeron una catástrofe meteorológica, pero basándose en eventos del pasado como sequías. Sin ningún instrumento, ni capacidad científica para predecirlas con miles de años de antelación. Este argumento ha servido a los que profetizan tormentas solares, sin embargo, el pico de actividad del ciclo actual del sol llegará en mayo de 2013, será más débil que otros ciclos, y no vendrá acompañado de tormentas solares. Otro mito desmontado, un planeta que chocaría contra la Tierra:
“Luego esta gente que piensa que los astrónomos de la Nasa estamos escondiendo esa información para no extender el pánico entre la población. ¿Puedes imaginar a miles de astrónomos que observan todos lo días el cielo silenciando el mismo secreto durante años?”
Además, los más avispados podrían a simple vista detectar un planeta tan grande. ¿Habrá un gran alineamiento de planetas? Según la Nasa, no, y aunque eso ocurriera en el futuro no afectaría a la Tierra:
“No habría efectos en las mareas como resultado. Los únicos dos cuerpos en el sistema solar que pueden modificarlas son la Luna, que está muy cerca, y el Sol, que es enorme y también relativamente cercano, pero los otros planetas no causan ningún efecto en la Tierra.”
También descartan un repentino cambio en la polaridad de nuestro planeta… No hay razones científicas para temer el fin del mundo pero tanto la Nasa como la agencia espacial rusa, han tenido que sacar toda su artillería argumental para evitar el miedo.