Desde que comenzó la crisis, las familias españolas han visto muy deteriorados sus ingresos. Pero además, afrontan más gastos y reciben pocas ayudas. Un cóctel perfecto que lleva a muchas a la bancarrota.
El año 2000 fue el último en el que las familias españolas pudieron ahorrar. A partir de ahí el gasto ha superado a los ingresos. Y eso a pesar de los esfuerzos para ahorrar.
Según el Instituto de Política Familiar, las familias han reducido un 8% sus gastos al año, a razón de unos 2.500 euros. Apretón de cinturón contrarrestado por un 5,5% de reducción de los ingresos. Salarios que bajan, facturas que se incrementan y además, escasas ayudas públicas que sólo representan un 0,1% del PIB. El estudio considera su cuantía un insulto a las familias, además sólo 9 de cada 10 pueden acceder a ellas.
La ayuda por hijo, por ejemplo se limita a 24,25 euros al mes, para aquellas unidades familiares que no ingresen más de 11.490 euros. La comparación con Europa nos deja a la cola, sólo Polonia, Bulgaria y Lituania destinan menos. La comparación con los más avanzados es abrumadora. Una familia española debería tener 15 hijos y ganar menos de 35.600 euros al año, para recibir las mismas ayudas que una pareja alemana con dos hijos.