En Intereconomía Business TV el ejemplo de la pecera me ha servido para explicar los riesgos de las políticas monetarias expansivas. Espero que os guste el ejemplo y os resulte didáctico tal y como me pidieron que lo escribiera.
Imaginemos por un momento que la economía de un país es una gran pecera.
Cuando hay poco agua se reduce el oxígeno, el dinero, empresas y ciudadanos no logran que crezcan sus economías. Una de las soluciones es introducir más agua, con nuevo oxígeno, nuevo dinero, para que puedan respirar y mejoren su actividad y consumo. Es lo que hacen las políticas monetarias expansivas de flexibilización cuantitativa, o, en inglés, quantitive easing. Los Bancos Centrales aumentan la cantidad de dinero que llega al sistema mediante la compra de bonos. Más dinero y por tanto más barato, lo cual facilita que familias y empresas puedan acceder al crédito más fácilmente gracias a esta nueva liquidez creada, también provoca una devaluación de la moneda que hace las exportaciones más competitivas.
Existen dos riesgos, uno es la inflación, es decir, que el agua se acabe saliendo de la pecera y cuando la economía comience a recuperarse se produzca un alza de precios tal que vuelva a detener el crecimiento económico, y otro, el excesivo celo de los bancos a dar créditos que no permite que ese dinero, u oxígeno llegue a los peces más necesitados, las familias y pymes.