El economista Mario Monti se enfrenta ahora a retos de cuya solución depende gran parte del futuro del país. Tras resolver los problemas para formar un gobierno técnico tendrá que ajustar las cuentas del Estado para poder pagar los intereses que ha generado su deuda.
Comienza el trayecto para sanear Italia. ‘Super Mario’ tiene la misión de esquivar baches, trampas dejadas por el anterior ejecutivo y algunos enemigos. El primer nivel a superar es el político. Con la oposición de la Liga Norte tendrá que formar un ejecutivo técnico de consenso que inicie las reformas.
A partir de ahí se centrará en el segundo nivel: la economía. Para empezar estudia un plan de ajuste presupuestario de entre 20.000 y 25.000 millones de euros para compensar la escalada de los costes de financiación que ha sufrido el país en el período de salida de Silvio Berlusconi. Es el mayor reto, la deuda de Italia es la segunda de mayor volumen de la UE tras Grecia, y representa el 120% del PIB nacional. Italia necesita compradores de su deuda por una cantidad de 40.000 millones en los próximos dos años.
El siguiente paso lo anunciaba el propio Monti, introducir mayor competitividad para evitar la corrupción, el clientelismo. De su ejecutivo se espera un plan de reducción del fraude fiscal. Una de las 39 preguntas enviadas desde la Unión Europea a Roma sobre cómo resolverá la situación.
El ministro de economía saliente Giulio Tremonti ha remitido una respuesta que puede servir de guía al nuevo primer ministro para fijar un techo de gasto en la Constitución, reformar el sistema de pensiones y hacer más ‘racionales’, según la propia carta, los impuestos sobre la renta y el consumo.