Todos quieren controlar a España. Desde el anuncio del desvío del objetivo de déficit se multiplican las miradas sobre el país. La lista de exámenes a los países periféricos no hace más que crecer.
Desde la Unión Europea, desde el FMI, desde Alemania, todos quieren controlar las cuentas españolas. El último en mostrar este interés ha sido el partido de Angela Merkel. El presidente del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata Volker Kauder quiere aprovechar su visita el próximo 2 de abril para recibir información detallada sobre las reformas. Ha solicitado informes sobre los cambios en el marco financiero y laboral para comprobar que tras la huelga general el Gobierno español mantiene su determinación y se toma en serio cumplir con el objetivo de déficit para 2013.
Tras esta visita, una nueva misión de inspectores comunitarios llegarán a España. La Comisión Europea quiere calcular con exactitud el riesgo que corre la Eurozona si se debilitan las cuentas públicas de España. El ejecutivo de Rajoy ya ha tenido que hacer frente a un ajuste adicional de 5.000 millones de euros, tras las peticiones de la Unión para reducir más su objetivo de déficit del 5,8% al 5,3%. Además, Bruselas ha mostrado su intención de revisar y dar el visto bueno a los presupuestos de los países en problemas.
El FMI mantiene revisiones anuales de las cuentas de Madrid, como de otros países del mundo. Un ejemplo de supervisión permanente es Grecia. En Italia, por ejemplo, el FMI ya sugirió al extinto gobierno de Berlusconi que aceptara sus métodos contables. Con tantos controles se extiende el debate… ¿son realmente soberanos estos países?