El modelo productivo de Marruecos se orienta cada vez más hacia la industria. Varios planes han permitido que el año pasado las inversiones extranjeras en el sector industrial hayan representado el 27% del total:
La costa atlántica de Marruecos se ha convertido en un polo de atracción para la industria extranjera. Los parques tecnológicos de Casablanca y Tánger asisten al desembarco de grandes multinacionales. Sectores como el aeroespacial, el automovilístico y la electrónica están instalando sus bases para la producción de productos de todo tipo. Ahmed Fasi Fihri, es el director de la Agencia Marroquí de Inversiones:
“España siempre se ha clasificado como segunda fuente de inversión directa extranjera en Marruecos después de la inversión francesa. Este año España ha bajado del número 2 al número 8. Ha perdido 6”
Sin embargo, muchas empresas españolas siguen buscando oportunidades en Marruecos. La cercanía geográfica, sólo 14 kilómetros entre ambos países, las ventajas fiscales, los programas de formación para empleados y unos costes laborales competitivos convierten al país vecino en un destino a estudiar. Además, ya hay ejemplos de éxito en Nuevas Tecnologías y en la industria textil:
“Hay muchas empresas españolas que trabajan aquí en Marruecos, que trabajan bien, que generan beneficios, hablamos de 800 empresas españolas que trabajan en Marruecos. El número es importante, la relación es muy fuerte también y esto va a seguir para rato”
La última gran noticia para la industria marroquí es la decisión de Renault de producir 400.000 coches allí en 2014. Según la AMDI, esta medida también beneficiará a la industria española. Apuestan por cambiar el concepto de deslocalización industrial por el de coolocalización, que incluye más puntos de encuentro entre países:
“Por ejemplo, todos los Dacias que se están montando en la fábrica de Tánger tienen motor español que viene de las fábricas de Valladolid, y todas las cajas de cambio vienen de la fábrica de Renault en Sevilla. Eso es un concepto muy interesante porque es una empresa francesa que viene a invertir a Marruecos pero que genera también riqueza y valor añadido en España”.
Con este modelo, Marruecos, ha conseguido construir una red de acuerdos comerciales internacionales que abren la puerta a un mercado de más de mil millones de consumidores.