Ha muerto un símbolo del liberalismo económico. Margaret Thatcher, primera ministra británica entre 1979 y 1990, ha sido víctima de una embolia cerebral. Deja una trayectoria que concita gran admiración pero también feroces críticas.
Un infarto cerebral se ha llevado a la Dama de Hierro, a los 87 años de edad. El apodo fue elaborado por los periódicos comunistas rusos y resalta su carácter, determinación y autenticidad.
Hija de un comerciante muy activo en política, con 34 años ganó su escaño, a los 44 asumió la cartera de Educación en el Gobierno de Edward Heath al que sustituyó como líder de los tories.
En el 79 se convertía en la primera mujer que ha presidido el Gobierno Británico y comenzaba un programa reformador para sacar a Inglaterra de la crisis. Determinación y fuertes convicciones liberales que se tradujeron en: facilidades para la iniciativa privada, menos Estado, coto al poder sindical, reducción de impuestos y también de ayudas sociales. Así defendía su gestión frente a las acusaciones de deterioro de la sanidad y la educación en 1990:
“La gente en todos los niveles de ingresos están mejor de lo que estaban en 1979. Pero lo que el caballero está diciendo es que él preferiría que los pobres sean más pobres con tal de que los ricos sean menos ricos. Así nunca podríamos haber tenido los servicios sociales que tenemos. ¡Vaya político! ¡Sí¡ ¡Él preferiría que los pobres fueran más pobres con tal de que los ricos sean menos ricos!.”
Una política internacional polémica
En política internacional su legado ha quedado marcado por su alianza con Reagan, el bombardeo de Libia en los 80, la Guerra de las Malvinas, el IRA, y su talón de Aquiles: La Unión Europea. Su negativa tajante a que Bruselas interviniera en la política británica fue determinante en la petición de dimisión que le hizo su propio gabinete.
Más noticias en:
Reacciones de los líderes políticos (El Mundo.es)
Por qué era tan Dama de Hierro (Elpaís.com)
La Dama que cambió la cara de Inglaterra (negocios.com)