La bebida energética española cien por cien natural se expande en el mercado nacional. Detrás de su éxito están los tres elementos de la fórmula que venimos defendiendo en nuestro blog: emprendimiento, innovación, e… internacionalización. Con ellos hemos hablado de la apuesta por las empresas españolas, de las dificultades, de las alegrías y de ilusión. Las conclusiones: Las pymes necesitan que los gobiernos se tomen un Toro Loco y se pongan a trabajar en soltarles las cadenas que no les permiten crecer.

Ecofenomenos en el desayuno de prensa para anunciar la expansión en la distribución nacional de Toro Loco
Empiezo por el final. Una vez acabado el desayuno con los responsables de Toro Loco, nos sentamos con el Director General de la marca, Javier Abollado. En una libreta traza dos gráficos: Uno el de las principales dificultades que encuentran las empresas en esta crisis: ahogadas por una estructura fija de costes todavía demasiado similar al período de bonanza. Otra, el botijo de las cuentas del Estado, agujereado por el paro en busca del dedo mágico que tape ese agujero para contener algo más de agua que sanee las cuentas públicas.
Javier Abollado nos comenta que la clave no es que el gobierno ayude a las pymes «se trata de crear un ambiente que favorezca el crecimiento». Afirma que todos los gobiernos están obsesionados con los emprendedores pero hace falta que de las palabras se pase a la acción. Para ello, nos dice «hay que apostar por los productos nacionales, flexibilizar el mercado laboral…. los gobiernos te ayudan poco, por no decir nada«.
Tema completamente distinto, pero de consecuencias parecidas, es la preponderancia de las grandes cadenas. Todos tenemos en mente quién domina el mercado de las bebidas energéticas. Abollado nos comenta «Nosotros aspiramos, de momento, a un 1% de ese gigantesco mercado y los grandes no nos dejan respirar, te tratan de pisar a cualquier oportunidad»
Si analizamos el caso de Toro Loco encontramos todos los factores por los que apostamos en este blog:
1- Emprendimiento: Nace en el 2000, en Tarifa, como marca de ropa deportiva. En el 2007 apuestan por lanzarse también como bebida energética pero con varios factores diferenciales: 100% natural y que se asocie al medio ambiente. Aitor Pilán, dircom de la marca nos comentaba que «Toro Loco es energética pero plenamente saludable, ayuda a mover nuestro corazón, nuestro motor, queremos que se asocie a los lemas: puro deporte, pura vida».

El departamento de nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado la fórmula de Toro Loco
2- Innovación: Los responsables de Toro Loco hicieron algo que sabéis que defiendo con todas mis fuerzas (a muerte diría) desde la Platafoma de Investigadores de la Complutense: ¡Llamaron a la universidad! Algo tan fácil y que desgraciadamente tan pocas empresas hacen. Pues bien, buscaron el apoyo científico del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense. Y ¡voilá!. Además de dar trabajo a los investigadores, de poner en valor el conocimiento de jóvenes estudiantes, consiguieron una fórmula totalmente diferenciada. Estimulante pero más saludable que las demás. Contiene ingredientes naturales como el ginseng, guaraná, gingo biloba, la equinácea (sí, esa que venden en los herbolarios) y el azúcar, pero procedente de las frutas.
3- Apostar por las empresas y productos españoles: Los productos básicos se compran a productores españoles, y están trabajando para que sea embotellada en breve en España.
4- Internacionalización: Comienzan ahora mismo su fase de implantación en grandes superficies españolas para que un mayor público pueda acceder a sus latas a 1,10 euros. Pero su director comercial, Miguel Berrocal, nos comentaba que están implántandose con fuerza en Europa, se están abriendo camino en Rusia, quieren lanzarse también en México y en Sudamérica.
Del desayuno salimos con energía en vena. Probamos la bebida con hielo. A los más deportistas nos gustó, por su sabor afrutado al que estamos más habituados. Otros destacaron que no sabía tan amarga como otras. A nosotros se nos da mejor hablar de economía que de gustos, así que probadla vosotros y ya nos contáis.