«El Elemento». Un día, ese maravilloso libro cayó en mis manos. No era fruto de las «coplillas» de un optimista compulsivo que alcanzaba sus sueños sólo deseándolos. Se trataba de una reflexión que te invitaba a la acción, a la reflexión, a ser consciente de qué era aquello que realmente movía tu corazón… y luchar por ello.
En mi corazón, empujado por la pasión de comunicar, se peleaban varias opciones. El periodismo, siendo mi profesión, algo que me intriga, me divierte, y me provoca una insaciable curiosidad, estaba dejando su espacio a nuevas opciones.
¿O no? ¿O quizás era la misma pasión de comunicar pero transformada?
¿En qué?
Primero en la necesidad irrefrenable de escribir historias de mayor longitud y profundidad que lo que permite una pieza de un minuto para un informativo, una pieza en la que pones todo tu amor, pero que se muere en breve, recién emitida, los ecos de su desaparición son una realidad.
¿Y luego qué?
¿Por qué no ayudar a gente que necesita aprender español? No os podéis imaginar lo que está llenando mi corazón esta mezcla: Periodismo-escritura-docencia. Sí, no tengo mucho dinero, y mis recursos son limitadillos, pero siento que el Elemento crece en mi corazón, y no pienso renunciar a él.
Carlos Fernández-Alameda
http://www.carlosalamedaescritor.wordpress.com
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