Como voluntario, actuando como oyente, a cargo de una profesional de la enseñanza de español, con un grupo de alumnos que han sido hoy mis profesores, y doy por seguro que lo seguirán siendo. Por eso he escrito entre comillas «profesor de español».
Todo comenzó con un mensaje en LinkedIn. De esas veces que el destino parece colocarte ante lo que estabas buscando por casualidad. Todo encajaba.
Mes y medio después me encuentro sentado frente a tres nuevos alumnos con la guía de aquella persona que quizás conocí de casualidad. Ellos vienen de Oriente Medio y Próximo y buscan en España una esperanza que les han robado en sus países.
La profesora les invita a presentarse. Calibra su nivel de español en cada frase. Pronto encontramos fallos, pero también mucho potencial. Hablamos de varios temas. El objetivo es que comprendan mejor la realidad de estos días y la conecten con la de su propio país, y así, sepan expresarlo en castellano.
La clase gira sobre los verbos abdicar, renunciar, dimitir. Y sobre los modelos de Estado: Monarquía, República, Democracia, Democracia a medias, Dictadura con apariencia de Democracia… No dudan en la definición de su país, ni en sus circunstancias concretas, lo cuentan con toda naturalidad. Aunque se les escapa algún comentario en árabe que no puedo entender. Tras la conversación llega el momento de plantear temas para la clase siguiente. La profesora quiere saber si existen dudas o dificultades con los verbos Hacer, Haber, Tener.
Descanso. Lo resumiría en el nombre de una receta dominicana, que acaba en la mesa de la siguiente clase de español.
África es el origen del siguiente grupo de alumnos. Muchos dominan el francés. ¡Tenemos un problema! Llevan normas del francés al castellano, se comunican entre ellos en francés, algunos presentan cierta timidez a la hora de hablar en castellano. ¿Cómo motivarles? ¿Cómo hacerles salir del cascarón?.
Algunos que parecían poco dados a hablar se motivan ante la llegada de dos nuevos alumnos que parecen manejar con soltura los tiempos verbales del pasado. Hablamos de gran cantidad de todos ellos. La profesora les plantea hablar de deportistas a los que admiren, de su biografía, para así volver a examinar su dominio de los pasados.
¡Y vaya si han aprendido! ¡Y vaya si siguen aprendiendo! Espectacular vivencia humana la del día de hoy. Ya espero con ilusión volver a ser parte de su ayuda para integrarse en nuestro país, conseguir un trabajo, y ¿quién sabe? alcanzar sus sueños.