Premio Sapere Aude 2015 a la Comunicación

Ha sido un honor compartir una noche muy especial con tanta gente llena de talento. Son pocas las ocasiones que tienes en la vida para celebrar este tipo de reconocimientos, menos aún de disponer de 5 minutos para hablar a tus conciudadanos y a tanta gente que te quiere bien. He querido transmitir al público abulense, que el destino lo escribimos nosotros. Con eso hubiera bastado, probablemente.

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Muchas gracias a los compañeros de Televisión Castilla y León y a la tribu periodística abulense, siempre tan profesionales y al pie del cañón.

Me quedo con los ratos buenos, con los amigos, con los familiares, con los que han podido venir, y con los que no, pero de los que siempre siento su apoyo cercano en todos los momentos de la vida. También con la gente que he conocido: emprendedores, deportistas de amplia trayectoria, jóvenes brillantes.

Carlos Alameda, premio Sapere Aude 2015 a la Comunicación

Dejo aquí las palabras que tenía preparadas, ya que me he tenido que saltar una enorme cantidad de ellas, y, al menos aquí, quedan explícitos todos los agradecimientos y el hilo de la historia que quise contar y no pude. ¡Gracias a todos, por vuestro cariño y por vuestro apoyo!

30/12/2015 Premio Sapere Aude Ciudad de Ávila a la Comunicación 2015

Muchas gracias por este premio tan inesperado y que recibo con infinito honor y agradecimiento. Siento una enorme gratitud por esta tierra y por todos los abulenses. Os aseguro que he llevado el nombre de Ávila a todos los lugares en los que he trabajado: Madrid, Londres, Mánchester, París, Toulouse, Rabat, Casablanca, El Cairo…

Además, os quiero contar una pequeña historia de sueños, pero sobre todo de mucho esfuerzo.

Cuando era un niño soñaba con tener un micrófono, y un aparato de radio donde grabar mis primeros programas en una cinta de cassette. Años más tarde me compré mi primera grabadora gracias a un Concurso de Debate. Poco después soñé con ir a estudiar Periodismo a la Universidad Complutense de Madrid. La nota de corte era bastante alta, así que pensé… ¡para qué os quiero codos!. Al salir de la carrera quería trabajar como reportero. La Complutense y Onda Madrid me dieron esa primera oportunidad gracias a una beca. A partir de ahí, he trabajado en medios nacionales e internacionales principalmente en Madrid, pero también, aunque muy brevemente, en Ávila. Ahora, me dedico a la divulgación científica gracias a la Universidad Internacional de La Rioja, donde también soy profesor de periodismo. He tenido muchos altibajos, lo he pasado realmente mal en esta profesión de periodista. Pero si hago balance: gana abrumadoramente lo bueno.

De los momentos en Ávila rescato algunos de los más recientes en Radio Televisión Castilla y León, La 8 de Ávila:

  • Los reportajes sobre el Centenario de Santa Teresa.
  • Esos campeonatos de parapente en Pedro Bernardo con una paisaje inmenso y espectacular desplegándose ante tus ojos.
  • La cobertura de Lugnasad en Solosancho, mirar desde el altar de los Sacrificios la Ciudad de Ávila y conectar con las raíces milenarias de todos nosotros. Luego es menos poético ser parte de esa fila de luciérnagas que bajan después del espectáculo hacia el pueblo e ir cargados con la cámara y el trípode, aunque de vez en cuando utilizáramos el foco para orientarnos mejor.
  • Y citaría tantos y tantos momentos: la Moragá en el Hornillo, ver cómo se asan las castañas encerradas en una cama de agujas de pino con música celta de fondo, el vientecillo fresco del campo de la Cebrereña, las tardes en el Estadio Adolfo Suárez, las conversaciones con agricultores y ganaderos de la provincia, los mercados vettones y medievales…

Pero, sobre todo, me quedo con las personas. Con todos los que forman la tribu periodística de Ávila. Tribu, es el término que utilizan los corresponsales de guerra para referirse a los compañeros que se encuentran destacados en zona de conflicto y con los que  trabajan codo con codo, sean del medio que sean, da igual, son de la tribu. La tribu abulense trabaja muchísimo. Muchos de ellos no tienen horarios, están por todas partes con sus micrófonos, con sus cámaras, con sus grabadoras, con su boli y papel. A veces, no llegamos a conocer en profundidad su trabajo.

Gracias a la oportunidad que me dieron, he podido vivirlo desde dentro y puedo aseguraros que es muy intenso, y muy necesario para sacar a la luz historias que si no, nadie contaría. Comparto con todos ellos este premio, y me alegro de haber formado parte de su suma de esfuerzos.

El periodismo es un romance complejo. Te atrae, pero, a veces te rechaza, te gusta, pero hay días que deja un sabor amargo. Ahora vivo un doble enamoramiento. Por un lado,  con el periodismo científico, que me permite escribir en español y en inglés para todo el mundo, y es para mí una pasión. Es muy motivador divulgar los descubrimientos de nuestros  investigadores para: aplicar las nuevas tecnologías a la educación, protegernos mejor en la red, conocer nuestro planeta, indagar en el funcionamiento de nuestro cerebro, en fin… ¡Atreverse a saber!. Por otro lado, llevo toda la vida enamorado de la escritura. En ella, también Ávila tiene un papel. Muy oculto en: “Najjar, dibújame en pólvora”, más explícito en los guiones para “Danzando en el Medievo”, que pueden ver en el Mercado Medieval de Ávila. Así que, deseo seguir en este platónico doble enamoramiento mucho tiempo.

Quizás el destino me ha llevado aquí, aunque yo no creo en él. Creo que nadie ha escrito nuestro destino. Nadie está moviendo los hilos. Lo escribimos nosotros con nuestras decisiones, y, sobre todo, con nuestro esfuerzo, trabajo diario, y ganas. Soñar no es suficiente, hay que atreverse a trabajar por nuestros sueños.  

Por eso, gracias a mis padres y a toda mi familia que me han enseñado el valor del trabajo, gracias a mi novia, Teresa, también de Ávila, que me apoya con su cariño y ternura, gracias al Colegio Diocesano donde cultivan la pasión por el conocimiento, gracias a la Universidad Complutense de Madrid, que me ha dado alas para ser docente, gracias a mis compañeros de todos los medios en los que he trabajado por sus enseñanzas, y gracias a la Asociación de Novelistas de Ávila, que tanto apoya y fomenta la creatividad. Por supuesto a Ávila, a esta tierra que te invita siempre a volver, a sus parajes y a sus gentes.

Y, muy especialmente al Ayuntamiento de Ávila y a su Concejalía de Juventud que con estos reconocimientos impulsan más aún la motivación de los jóvenes abulenses para seguir creciendo en cultura y en sabiduría.

Escribamos nuestros destinos. Atrevámonos a luchar por saber y por hacer realidad nuestros sueños.

Gracias.

Impactos en prensa:

UNIR Research:  El divulgador científico de UNIR Research Premio Sapere Aude

UNIR Revista: Carlos Fernández-Alameda, premio Sapere Aude 2015 Ciudad de Ávila a la Comunicación – Blogs UNIR

Tribuna Ávila.com: Mucho talento en la gala joven 2015. 

El Diario de Ávila: El futuro por delante. (Versión impresa: PDF)

Ávila Red: «Donde hay gente joven hay futuro».

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