Sabemos que los loros o las cacatuas pueden imitar la voz humana… pero otros animales que en principio deberían tener muchas más dificultades están consiguiendo emitir algunas palabras.
Koshik, un elefante asiático, del zoológico de Everland, en Corea del Sur. Su vocabulario se limita a 5 palabras, pero es perfectamente entendible por los hablantes de coreano. Al parecer pasó su adolescencia sin contacto con otros paquidermos así que aprendió algunos sonidos de sus cuidadores para reforzar su vínculo con ellos: hola, sentarse, no, acostarse y bueno.
La científica Angela Stoeger de la Universidad de Viena, señala que uno de los factores más curiosos es que consigue vocalizar con su trompa en la boca, así, evita los sonidos más graves que son comunes en su especie y asemeja más su voz al tono y timbre de los humanos.
Otro caso espectacular es el de una beluga criada en un zoológico de San Diego, California. Murió hace 5 años pero la grabación de su voz sigue impactándonos:
Según la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos de Estados Unidos la ballena, de 30 años, era capaz de emitir sonidos muy parecidos a los humanos de forma espontánea y lo hacía con la intención de comunicarse con sus entrenadores. De hecho, descubrieron sus habilidades cuando unos de los buzos del zoológico salió de la piscina pensando que se lo habían ordenado sus compañeros desde fuera, sin embargo, la orden que había escuchado provenía de la ballena.