Les invitamos a adentrarnos en el Códice I de Madrid del genial florentino Leonardo Da Vinci, gracias a un proyecto conjunto de la Fundación Telefónica y de la Biblioteca Nacional se pueden consultar en la web algunos de sus inventos más espectaculares.
El renacentista de referencia el sabio, artista, astrónomo, biólogo, ingeniero militar, el inventor, Da Vinci guardaba con celo un códice que estuvo perdido 150 años hasta que un escultor italiano los entregó a la corte de Felipe II. A partir de ese momento se conocieron como lós códices de Madrid y en ellos, apuntes, dibujos, e ingenios como éstos: Un pulidor de cristal movido por energía hidráulica, los émbolos alcanzan gran velocidad y aplanan el material.
Un elevador que usa dos poleas, y dos cuerdas: mantiene la barra a una altura constante así que sirve para subir cargas. Cuatro siglos antes de la invención de la bicicleta, Da Vinci estudió cómo transmitir la fuerza usando contrapesos gracias a los eslabones, según escribe el maestro en el propio códice: “parece cosa imposible de creer y, sin embargo, surte efecto”.
Y aquí tenemos el precedente de los variadores de velocidad que se usan incluso en modernos motores eléctricos, un engranaje en espiral que demuestra la enorme capacidad de abstracción del genio que nos explica el siguiente invento.
“Me ha parecido que sería posible conseguir que la misma agua que hace moler un molino haga moler a dos”.
Y lo consigue gracias a dos platos giratorios.
Para los amantes de los deportes de riesgo, aquí lo tienen, un ala delta diseñado por el pensador universal.