Además del impacto simbólico. El 11-S ha propiciado cambios que han afectado a las relaciones internacionales, a la economía, e, incluso, a nuestra vida diaria. ¿Cuáles han sido esas consecuencias?
El ataque a las Torres Gemelas tuvo efectos que se extienden hasta el día de hoy. Para los norteamericanos significó sentirse completamente vulnerables en su propio territorio. Económicamente, para apoyar la recuperación, los tipos de interés se rebajaron mucho, lo que incubó la crisis de las hipotecas basura. Por otro lado, el déficit de EEUU se disparó para sostener las acciones bélicas, aumentó así su dependencia de países como China, para financiarse.
En política, Estados Unidos, pasó de una primera fase de reacciones cuasi unilaterales, ejemplo Afganistán, a tratar de buscar consensos y compartir responsabilidades como con la invasión de Irak, o más recientemente con la intervención en Siria, en la que queda claro que el equilibrio de poder entre las potencias mundiales también ha cambiado: Rusia y China, ganan terreno.
La lucha contra Al Qaeda, como grupo organizado presente en todo el mundo y con capacidad para convencer a lobos solitarios ha obligado a cambiar la estrategia. Ciberguerra, espionaje a ciudadanos propios y ajenos, controles exhaustivos en los aeropuertos… Los métodos de guerra también evolucionan hacia la sustitución de tropas por drones. La pregunta es… ¿Todo esto ha convertido el mundo en un lugar más seguro?