Diálogos desde el paro. Cap I: El campo de batalla

Había oído que existían y ¡qué narices! ¿Por qué no aventurarse? Así que cogió su casco, su fusil, unas botas negras, cuatro botellas de agua y unos complejos vitamínicos. Porque hoy era su día, hoy encontraría una oferta laboral digna en el mundo del periodismo.

Salvad al soldado periodista

Salvad al soldado periodista

Dios sabe que aquel hombre era todo confianza, plenitud de optimismo, de ganas de trabajar, de contar historias que conmovieran a la humanidad…

Allí está, nuestro soldado. En medio de la trinchera. Ha tenido que cavar mucho para labrarse una experiencia profesional. Se ha especializado, domina alguna que otra lengua, se sabe las últimas artimañas tecnológicas, y, aunque rasgado por algunas púas, en su corazón late el periodismo real.

¡Es el momento! Los soldados comienzan su carrera suicida por el campo de batalla.

¡Allí está la oferta! Grita uno, que debe estar loco. ¿Para qué avisas? Ahora está criando malvas. Sleeping with the fishes.

Caen minas de todo tipo. Pero da igual. Esto ya lo han vivido otras veces. Salarios bajos, algunos sin cobrar, demandas en curso, citaciones judiciales por impago, incumplimientos de contrato…

¡Estoy de barro hasta los huesos! Se le ha metido por todo el pantalón y debe pesar quince kilos más. Pero tiene unos muslos cargados ya de mil batallas, y unos brazos que no han parado de remar, y remar, para unos barcos y otros, unos como el Titanic, que se creyeron que el lujo salvaba icebergs, otros como la barca del Tío Pepe, que no tenía timón ni grumete… «¡Total pa qué!»

Y se para el tiempo. Es como en Matrix. Las balas pasan esquivando su cuerpo, dejando la aureola en forma de tirabuzón que queda tan bonita, alguna le roza el pantalón, libera una explosión de barró por la abertura, pero sus dos manos ya alcanzan el divino tesoro.

Ha agarrado con las manos la preciada caja. Está saboreando su victoria, un rayo de sol parece iluminar su casco y hasta ha dejado de escuchar las balas. El infierno que se produce a su alrededor le parece el paraíso, palmeras y un Seat Panda descapotable le llevan en volandas hacia un lugar mejor.

He aquí la Oferta de Trabajo: 

Se busca periodista con actitudes 10, idiomas 10, capacidad de trabajo 10, pulcro 10, irreprochable 10, aseado y tal. Muy motivadísimo de la muerte, con orientación a resultados ¿Qué cojones es eso?, con orientación al cliente…, vamos que esté orientado. Tipo de contrato: becario, ayudante.

Esa caja desata los poderes de Pandora. El pobre soldado siente una punzada en su corazón, y un chorrito de sangre se desprende de su orgullo.

Reforzado por la experiencia, lleno de nuevo de buena voluntad y optimismo, deshace el camino andado, toma su pala entre las manos, la reza, la implora, y sigue cavando… Mañana volverá al campo de batalla, bajo una oscura pregunta ¿me estoy equivocando de batalla?

 

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