A Assier y a Ben ya les ocurrió. Ellos son personajes de ficción que cree para Najjar, dibújame en pólvora, pero en la realidad seguimos asistiendo a las consecuencias terribles de historias como las suyas. Un fanatizador, varios fanatizados, un objetivo, muerte, más muerte, y el fanatizador no se pringa las manos de sangre. El ataque al semanario Charlie Hebdo, y al supermercado judío, es una nueva muestra del peligro que suponen estos manipuladores profesionales.