El cerebro acumula información sobre nuestro entorno y sobre nosotros mismos, si esa información es equivocada las consecuencias suelen ser graves. De ahí que captar buena información y saber procesarla sea tan importante. En algunas personas, la obsesión por captar información de sí mismo e interpretarla les hace olvidar que somos un animal social y tenemos que empatizar con el otro.