Da un poco de pudor reconocer que muchas veces he tenido y tengo miedo al teclado. Suele ocurrir en circunstancias en las que piensas: tengo que dejar por escrito lo que ha ocurrido hoy, quizás se me olvide… …pero no. Hoy no es el día. Cuando tienes miedo al teclado es mejor tomar distancia. Porque acercarte a él te puede recordar experiencias desagradables vividas hace tan poco tiempo que aún están arañando el corazón, provocando rabia, impotencia o simplemente aún no te las puedes explicar. Por eso, lo dejo para otro momento, quizás dentro de unos meses me lo pueda tomar con cierto humor, pero hoy no.