La segunda semana de protestas en Turquía ha comenzado con la muerte accidental de un manifestante atropellado por un taxista. La indignación aumenta con el gobierno del primer ministro Erdogan que hoy inicia una gira por el Magreb.

La segunda semana de protestas en Turquía ha comenzado con la muerte accidental de un manifestante atropellado por un taxista.

El estallido social en Turquía ha provocado la convocatoria de una huelga general de dos días a partir de mañana y se ha cobrado la vida de un joven manifestante atropellado por un taxista. El estado de indignación por la demolición de emblemáticos espacios verdes de Ankara, y por la brutalidad policial está despertando protestas más profundas que retratan la última etapa de 11 años de gobierno de Erdogan, quién ha iniciado una gira por el Magreb en plena escalada de tensión:

«A pesar de las provocaciones por parte de organizaciones ilegales, a pesar de los daños causados en las tiendas locales, a pesar de los ataques con piedras y cócteles molotov, la policía se mantiene dentro de la autoridad que se le dio”

Desconfianza en Erdogan que ataca a Twitter

Pero a tenor de la agresividad policial y la utilización de gases lacrimógenos los manifestantes han perdido su confianza en el primer ministro Tayip Erdogan. Le acusan de querer perpetuarse en el poder, de favorecer la presencia del islam en los colegios públicos y en leyes como la limitación del consumo de alcohol, de controlar los medios, no obstante, en Turquía hay al menos medio centenar de periodistas encarcelados, y el gobierno ha calificado como fuente de problemas a las redes sociales. Además rechazan la participación de Turquía en una posible intervención en Siria.

 Una de las manifestantes comentaba:

«Estamos frente una policía que usa métodos de terror. Hay botes lacrimógenos por todas partes. Estuve atrapada en el metro. Lanzaron gas en el interior y cerraron las puertas»