Spotlight: el poder del periodismo bien hecho

La película «Spotlight» nos trae la historia de un equipo de investigación del Boston Globe en el año 2001. Una historia magníficamente narrada, con un realismo que mantiene la atención del espectador, pero sin ningún tipo de artificio. Cuenta lo esencial de la historia, lo fundamental y necesario para que el espectador comprenda las dificultades y dudas de los personajes.

La cinta de Thomas McCarthy narra cómo el buen periodismo puede lograr un propósito social a pesar de las dificultades que impone la censura exterior, los poderes de todo tipo, y la autocensura de periodistas y ciudadanos.

 

 

Centrarse en un tema con recursos, entre ellos, el tiempo


Como ocurre en muchos casos, es necesaria la llegada de un editor de fuera, Marty Baron (interpretado por Liev Schreiber) para que un equipo de 4 periodistas dedicados plenamente a la investigación pongan todas sus energías durante varios meses en una historia que merece la pena contar y que hará un servicio a la sociedad. De hecho, en la vida real, el trabajo de estos reporteros fue reconocido con el Premio Pulitzer al servicio público dos años después en 2003. spotlight_newsroom

 

Inevitablemente, se nos viene a la cabeza la necesidad que muchos periodistas sienten diariamente por poder centrarse en historias realmente importantes y no saltar frenéticamente de un tema superficial a otro para obtener muchos impactos a corto plazo pero nada realmente duradero, y, por cierto, nada que puedan reclamar como propio.

Una telaraña social 


 

La película refleja fielmente las dificultades que toda la sociedad es capaz de interponer a un grupo de reporteros que busca la verdad cuando se trata de algo que puede desenmascarar un tema sensible, para el que muchos prefieren mirar para otro lado. Desde el bibliotecario, hasta los jueces, los departamentos de comunicación, las instituciones, y los propios olvidos de los periodistas. Mucho de esta carrera de obstáculos la tendrá que atravesar Mike Rezendes (interpretado por Mark Ruffalo).

Robby (interpretado por Michael Keaton), sufrirá en su propias carnes esos olvidos, esos «dejar pasar la historia porque no hay tiempo».

Los propios redactores experimentarán la angustia de saber que cerca de ellos se están produciendo casos, y ellos no pueden contar nada con el fin de que otros no se hagan con la historia, con la necesidad de encontrar más casos, no para ir sólo contra unos pocos, si no para denunciar algo «sistémico». Algo que beneficiará a muchas personas y que da sentido al papel social del periodismo en nuestra sociedad, desde la información local, hasta la nacional y la internacional.

Y aquí paro. Creo que es muy recomendable ver la película. Sobre todo para toda persona a la que le guste el periodismo, el buen periodismo, el tan necesario periodismo de investigación.

 


 

Carlos Alameda

7 de febrero de 2016

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