Trump presume de que es capaz de atraer voto latino, mientras lanza un discurso lleno de odio y prejuicios contra los mexicanos principalmente, pero que extiende al resto de Latinoamérica y a Medio Oriente. Su programa plantea claramente sus intenciones: prohibir la entrada a los musulmanes, construir un muro entre Estados Unidos y México, iniciar una guerra comercial contra China… En fin, todo son buenas palabras para quien no es «americano».
A pesar de que son varias las encuestas que subrayan el descontento de la población hispana de Estados Unidos con las políticas que pretende implantar Donald Trump, candidato a la presidencia del partido republicano, todavía hay ciertos espectros de población hispana que aseguran que le votarían.
Entre algunas de las generalizaciones sistemáticas del candidato aparecen frases hacia los mexicanos como estas: «traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas». Muy lindo todo.
Cuando tiene un rato libre, Trump, saca de las noticias, lo que para él deben ser argumentos que refuerzan su posición.
We must build a great wall between Mexico and the United States! https://t.co/05SjuRJFbf
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 1, 2016
Trump ha llegado a acusar a México de traer «enfermedades mortales», de robar el trabajo a los estadounidenses y de ganar económicamente a Estados Unidos.
Enviar o no enviar
También sostiene que México no envía a los mejores. Bueno, esto ya parte de un error de base, un país no envía a nadie a ningún sitio salvo que envié tropas, la población civil se va de ese país por falta de oportunidades labores, por hambre, por pobreza…
Ha tenido que ser el expresidente mexicano Vicente Fox, el que le viniera a recordar que también han importado materia gris de muy buena calidad: Alejandro González Iñárritu, que ha ganado 4 Óscars, artistas e intelectuales como Octavio Paz, Ángeles Mastreta, Carlos Fuentes y pintores como Frida Kahlo y Orozco y por último le pide construir puentes, no muros.
Pero Trump se permite el lujo de decir que «tiene amigos mexicanos», no le debieron aconsejar bien en varios negocios que tuvo en ese país, porque, digamos que no acertó.
El programa electoral
Si repasamos su programa electoral, nos damos cuenta de que pone todas sus cartas sobre la mesa en cuanto a la inmigración. Se basa en reforzar la identidad americana «una nación sin fronteras no es una nación», dice en el punto 1. «Una nación sin leyes no es una nación», se refiere en parte a la ciudadanía americana por nacimiento. Y en el tercer punto asegura que una «nación debe servir a sus ciudadanos», y lo conecta con un plan de inmigración que «debe mejorar las condiciones laborales, los salarios, y la seguridad para todos los americanos».
Y el tema que ya todos sabemos pero que cuando lo ves blanco sobre negro no puedes dejar de abrir los ojos y preguntarte si lo que estás viendo es verdad. «Hacer pagar a México por el muro». Espera, el muro es su proyecto, su plan contra la inmigración y se lo quiere hacer pagar a México alegando una serie de costes que la inmigración «alentada» por el propio Gobierno mexicano le ha costado a Estados Unidos.
Tras una serie de cifras asegura además, que la población negra de Estados Unidos ha sido la más perjudicada por la entrada de inmigrantes mexicanos ilegales (!). Con cuatro recortes de prensa sigue extendiendo el odio, hablando de casos aislados mientras ignora las grandes aportaciones de los mexicanos a la economía norteamericana. Llega a decir que «hay criminales mexicanos que sólo han cruzado la frontera para cometer horribles crímenes contra los americanos» o para enviar «miles de millones de dólares en remesas» para sus familiares.
Discurso del odio
En fin, una maravilla de orador para algunos. Un simple recurso para ganarse a los más conservadores de Estados Unidos a través de la apelación a lo más básico: el odio y el miedo. Es muy triste, pero para el ser humano es más fácil odiar que amar, más fácil descalificar que conocer, más fácil tener miedo que sentir confianza, más fácil rechazar que tolerar. Y en eso se basa, Donald Trump.
Su discurso del odio es ampliamente criticado por la Ethics Journalism Network. Tuve la suerte de conocer a su director, Aidan White, en Bruselas y una de las cuestiones sobre las que suele llamar la atención es que sus votantes se toman como hechos ciertos algunas de sus afirmaciones. De ahí la importancia de la alfabetización sobre medios de comunicación y sobre pensamiento crítico.
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