El Gobierno resultante de las elecciones en Irlanda tendrá que lidiar con un plan de rescate que ya ha tratado de renegociar. La austeridad iniciada hace unos años es su principal argumento.
Enda Kenny, el líder del partido conservador Fine Gae, ha anunciado que tras los contactos previos, comenzará a renegociar las condiciones del plan de rescate. Su principal intento se centra en rebajar el tipo de interés del 5,8 por ciento sobre los 67.500 millones de euros que componen el paquete de ayuda.
Los laboristas, previsible socio de gobierno, apuestan también por pedir un retraso de dos años para alcanzar el objetivo de déficit del 3 por ciento en 2016, en vez de en 2014 como acordó el anterior gobierno liderado por Brian Cowen. Que los tenedores de bonos asuman parte de las pérdidas es una propuesta que choca frontalmente con los planteamientos de Banco Central Europeo y del FMI, así que el tipo de interés se plantea como el primer paso.
Para convencer a Bruselas, el nuevo gobierno esgrimirá como argumento tres años de austeridad presupuestaria, que les harían merecedores de mejores condiciones que Grecia, que no fue capaz de cortar el grifo de gasto.
Además, algunos analistas como JP Morgan ya apuntan a que una rebaja del tipo de interés del rescate irlandés ayudaría al país a estabilizar su déficit. Irlanda quiere aprovechar marzo para tener éxito en la renegociación ya que es un mes crucial para el panorama de deuda europea.