El 5 de junio es la fecha elegida en Portugal para las elecciones legislativas. El partido que logre la victoria tendrá que enfrentarse a una débil situación económica.
Dos meses para acudir a las urnas, 60 días en los que el destino de Portugal no sólo se decide en Lisboa. Un posible rescate desde Bruselas y la presión de los mercados sobre su deuda pueden condicionar la ya delicada situación. El propio presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva lo reconocía tras anunciar la fecha de los comicios:
«Apelo a una actitud de cooperación responsable. El Gobierno se encuentra en funciones pero el país permanece. El Estado debe cumplir sus compromisos y no puede dejar de hacer lo que sea necesario para garantizar el futuro»
No ha descartado que el gobierno en funciones pueda pedir el rescate, una vez, corregida la cifra de déficit del 7,3 esperado al 8,6 por ciento real que incluye, tras consultar con Eurostat, un agujero de casi 3.000 millones de euros en las cuentas públicas. Los intereses de la deuda a largo plazo siguen disparados, y el deterioro social se ve acentuado por un mercado laboral precario, sobre todo entre los jóvenes, y por el 11 por ciento de paro.