Los hermanos musulmanes han llamado a una Intifada para devolver al poder al depuesto presidente, Mohammed Mursi. Además, el partido salafista que apoyó el golpe de Estado ha retirado su apoyo a la oposición tras las muertes de manifestantes islamistas.
La llamada a la Intifada de los Hermanos Musulmanes y el medio centenar de muertos en las manifestaciones pro Mursi han quebrado la alianza opositora que prepara la transición. Los salafistas de Nur, se desmarcan, mientras, el gobierno en funciones descarta a El Baradei y asegura que no aceptarán chantajes o presiones:
Ahmed Mossallamany: “Estamos buscando un gobierno de crisis que sea capaz de resolver las actuales circunstancias”.
Una situación que empeora día a día. El Ejército asegura que fueron atacados por terroristas durante las protestas frente a los cuarteles de la Guardia Republicana, la versión de los manifestantes pro-Mursi, se define por la palabra “masacre”:
“La mayoría de los que estaban disparando eran militares, también la policía, pero los militares más intensamente. Nos han traicionado. Los he visto hacerlo con mis propios ojos”.
Afirman además, que llegarán al martirio para ver repuesto a su presidente. Este testigo relata un enfrentamiento en la mezquita Al Mustafa:
“Estábamos inclinados rezando cuando el Ejército llegó con dos tanques y varios soldados a pie. Ellos bloquearon la puerta, lanzaron granadas, y dispararon sobre nosotros”.
El imán de Al Azhar, principal centro religioso suní, ha asegurado que se encerrará en su domicilio hasta que cese el derramamiento de sangre y se produzca una reconciliación nacional, que muchos, ven hoy en serio peligro.