Las heridas siguen abiertas, y, aunque se han retomado las negociaciones muchos consideran los acuerdos de Oslo papel mojado. ¿Pero, qué han supuesto estos acuerdos?
Al menos, la esperanza de que algún día la escena del apretón de manos se vuelva a repetir, aunque hoy el conflicto sigue siendo igual o más complejo que en 1993.
En un clima de cierta confianza, tras las conversaciones de Madrid, Arafat e Isaac Rabin se dieron cinco años para hablar sobre: Jerusalén, el futuro estado palestino, los refugiados palestinos del conflicto, y las fronteras.
Los baches del proceso
Sólo dos años después recibía su primer varapalo con el asesinato de Isaac Rabin, por un judío radical. En 2000 estalló la segunda Intifada, en 2004, muere violentamente Yassir Arafat.
Fracaso diplomático
Los sucesivos intentos diplomáticos: la propuesta saudí, la Hoja de Ruta de EEUU, Europa, Onu y Rusia, o las conversaciones de Annapolis, demostraron que la palabra permanente se había sustituido por acuerdos temporales. El conflicto sigue enquistado en los mismos puntos, el muro israelí, los asentamientos que no paran de crecer, los atentados radicales en terreno israelí, las dificultades para crear el ansiado estado palestino independiente.
¿Y ahora qué?
El resultado es que la decepción y la desconfianza entre ambos bandos ha crecido. Ahora, conversaciones discretas como las que llevaron a Oslo pueden recuperar la esperanza.