Pistorius se ha derrumbado ante el juez. El atleta surafricano ha llorado mientras escuchaba sus cargos. Ahora espera sentencia por el asesinato de su novia mientras su imagen de héroe nacional se deshace.

Tapándose la cara, cabeza baja, sollozando ante el Tribunal… La historia de superación de Óscar Pistorius podría acabar con una sentencia a cadena perpetua. Un héroe nacional que ha presentado su lado oscuro tras su mayor éxito: las semifinales de los 400 metros lisos los Juegos de Londres.

La Cara B de Pistorius

Caracterizado por su espíritu de superación, su esfuerzo, su mentalidad competitiva que le llevaba retar a atletas sin discapacidad… pocos conocía su otra cara. Los más cercanos al deportista aseguran que tenía una vida sentimental intensa y agitada, con presuntos episodios de violencia doméstica y acoso. Él mismo reconoció su obsesión por la seguridad. Su casa fue elegida en 2009 la mejor protegida de toda Sudáfrica. Además, era muy aficionado a las armas. Cuando no podía dormir salía en plena noche a disparar a un campo de tiro, un reportero del Daily Mail, ha asegurado que tenía siempre a mano bates de béisbol, una pistola cerca de la cama y un fusil automático en una ventana.

Un desastre para los patrocinadores

Sus principales patrocinadores han retirado las campañas publicitarias con su imagen, una de ellas bajo el lema: “Soy la bala en la recámara”.