En los pasillos de Bruselas se comienza a hablar de intercambios. De un trueque: ampliación del fondo de rescate – mayor austeridad y supervisión. España y Portugal recibirían sus primeras líneas de crédito tras marzo, una vez, que Alemania y Francia hayan comprobado que los países periféricos cumplen con sus exigencias.
Hay aspectos muy polémicos en las condiciones que impone Alemania: retraso de la edad de jubilación, revisión de las claúsulas automáticas de revisión salarial , fijación por ley de un límite para el déficit y subida de impuestos como el de sociedades.
Lo más probable es que a Irlanda y Grecia les echen una mano recortando los tipos de interés que tienen que pagar por el crédito del fondo de rescate y demorando los vencimientos. A España y Portugal les darían una línea de crédito para que puedan comprar sus propios títulos de deuda y que no se disparen sus diferenciales.
Sería interesante, por otra parte, abrir el debate de si realmente sería tan malo que nos rescataran. Evidentemente, no creemos que una subida de impuestos sea la solución, porque ya bastante nos ahogan las facturas. Pero quizás la austeridad del Estado, a parte de ahorrar muchos millones, puede hacer que se aprieten el cinturón en partidas poco productivas y que nada tienen que ver con recortar las garantías sociales.