Egipto trata de recuperarse de una nueva noche de violencia. Los enfrentamientos entre los islamistas y la policía han dejado siete muertos y cerca de 300 heridos.
El Jefe del Ejército egipcio, Al-Sisi ha jurado su cargo como viceprimer ministro del gobierno interino. Un gobierno que avanza en su formación a la vez que trata de contener la rebelión de los partidarios de Mursi.
La Plaza de Ramses, en el Cairo, ya ha recuperado su tráfico habitual después del nuevo choque violento de anoche entre las fuerzas del orden y los islamistas. Siete muertos, casi 300 heridos, y más de 400 personas arrestadas.
“Si nuestras demandas no son escuchadas antes del Viernes, agravaremos la situación ocupando el aeropuerto”, afirmaba uno de los miembros de los favorables a Mursi.
La visita del subsecretario de Estado norteamericano, William Burns, encendió los ánimos. Los islamistas acusan a EEUU de ser cómplice o haber acabado aceptando el golpe militar. Los islamistas denuncian que la policía empleó gas lacrimógeno y armas de fuego y apuntaron a la cabeza y al pecho.
“Nosotros no abandonaremos las calles, incluso si nos matan, permaneceremos hasta que la legitimidad y los derechos de Mursi sean restaurados», afirmaba otro manifestante.
Los Hermanos Musulmanes aseguran que van a mantener su campaña de desobediencia civil pacífica, al menos así la califican.