El fin del Ramadán y la alerta terrorista intensifican la tensión en las embajadas estadounidenses. La última decisión de Washington en este sentido ha sido evacuar la embajada de Pakistán por amenaza terrorista.

Salida del cuerpo diplomático, advertencia de no viajar al país, y finalmente, recomendación de abandonarlo. Es el protocolo norteamericano seguido en Yemen, y ahora en Lahore, Pakistán. Allí, los servicios secretos han alertado de una amenaza de atentado terrorista.

El Departamento de Estado de EEUU no descarta su conexión con la llamada interceptada entre líderes de AlQaeda en la que hablaban de preparar “algo grande” durante el Ramadán. La “amenaza más seria” detectada según varios senadores estadounidenses.

El fin del mes santo para el Islam coincide con un aumento de la violencia: ha alimentado la protesta islamista en Egipto para reponer a Mohamed Mursi, las quejas palestinas por los nuevos asentamientos de Israel, y provocado enfrentamientos en Cachemira, zona mayoritariamente musulmana que busca su independencia de La India.

Washington ha cerrado temporalmente 22 sedes diplomáticas en países con influencia islámica. El riesgo, afirman fuentes del Gobierno, les invita a un alto nivel de prudencia.