Llegó con el camión al portal. Olía a serrín, a polvo, a pintura descorchada. Una taladradora esculpía un considerable agujero en la fachada. Se cae un ladrillo desde la terraza. Se escucha una frase ininteligible ¡Míaquetedissovecéeequecasilamarrrserenaaaa!.. Baja las tres cajas que pesan un quintal, llama al portero, mira el reloj… no tiene demasiado tiempo.
Defensa de los Olvidados
Diálogos desde el paro. Capítulo 3: Mantenerse a flote
Hay días en los que el mundo parece confabularse contra el parado. Podemos pensar que el universo se ha puesto de acuerdo para machacarnos pero no es así, porque, aunque lo parezca, no es del todo cierto. Siempre hay una pequeña parte de la galaxia, en la que podemos encontrar refugio. Cuando la situación es desesperada podemos hundirnos o pensar que lo importante es mantener nuestra salud mental, y para eso hay que tener más moral que el Alcoyano.
Diálogos desde el paro, capítulo 2: ¡Qué caso!
Cuidado con las fechas que aparecen en las papeletas del paro. Cuidado con nuestras cabezas cuando interpretan esas cifras. La situación es comprometida. La amenaza explícita en la tarjeta de eliminar tu prestación si no sellas en las fechas indicadas arriba es para tomárselo en serio. ¡Díos mío! Es día 22 y tenía que sellar el 16… Sigue leyendo
La historia de la familia Najjar
Miles de personas están sufriendo el drama de la guerra. Arrancadas sus raíces por conflictos ajenos a su día a día. Expulsadas de su lugar de origen por intereses de unos pocos. La historia de la familia Najjar, es una historia de superación, de decisiones, de dudas, de conflictos internos manchados por la pólvora de la guerra.
Mi primera clase como «profesor de español»
Como voluntario, actuando como oyente, a cargo de una profesional de la enseñanza de español, con un grupo de alumnos que han sido hoy mis profesores, y doy por seguro que lo seguirán siendo. Por eso he escrito entre comillas «profesor de español». Sigue leyendo
Diálogos desde el paro. Cap I: El campo de batalla
Había oído que existían y ¡qué narices! ¿Por qué no aventurarse? Así que cogió su casco, su fusil, unas botas negras, cuatro botellas de agua y unos complejos vitamínicos. Porque hoy era su día, hoy encontraría una oferta laboral digna en el mundo del periodismo.
Paternidades frustradas
No trato de rellenar el dibujo inacabado de mi alma, ni de aposentar sobre sus hombros el trabajo incompleto, ni de secuestrar su vida en aras de ambiciones insatisfechas, ni de que su mente se convierta en una extensión de mis desaciertos, simplemente quiero cuidar, ver crecer, apoyar, querer, amar, a quién luego escapará a su libre albedrío con o sin agradecimiento en sus labios. Sigue leyendo


