Los comerciantes han mostrado su preocupación ante la nueva Ley de residuos que se discute en la Comisión de Medio Ambiente el próximo lunes. Aseguran que los costes que podría producirles son inasumibles.

Las tiendas que comercializan bebidas envasadas son las más afectadas. La ley obliga tanto a productores como a las tiendas a gestionar sus residuos, o encargárselo a una empresa. No especifica cómo ni con qué, pero sí dice que hay que informar sobre qué cantidad se ha reciclado. Y eso sólo se puede hacer manualmente o con una máquina recicladora, también llamada de ‘retorno’, que contabiliza, comprime y almacena los residuos.

La Confederación Española de Comercio asegura que la instalación de esas máquinas costaría a las tiendas 465 millones de euros, si además le sumamos el mantenimiento los costes ascenderían a los 570 millones. No comprar la máquina también supone costes en horas de trabajo de los trabajadores y en espacio perdido en el establecimiento, e, incluso, en desplazamiento de clientes a tiendas que sí la tengan. La versión de los fabricantes de este sistema es distinta. Aseguran que la ley prevé ayudas para las tiendas, que hay muchos tamaños de máquinas que se pueden adaptar a cada negocio y que la empresa se hace cargo de los costes de recogida y transporte hasta las plantas de reciclado.

Aseguran que en Alemania, Noruega o Finlandia ya usan este sistema y los resultados son buenos. El ciudadano también está implicado en el proceso porque tendrá la posibilidad de llevar sus envases para reciclar a los distintos establecimientos.