Una de las editoriales que más impacto está teniendo en el mercado actual: Esdrújula Ediciones. Hablamos con su editora Mariana Lozano. Con ella repasaremos las dificultades de emprender en el actual mundo editorial, pero también las novedades literarias que nos esperan desde Esdrújula Ediciones.
escritura
El proceso de guionización de Danzando en el Medievo III: La compleja sucesión de Alfonso X El Sabio
El reto que proponía la directora del espectáculo, Cristina del Castillo, resultaba tan complejo como atractivo. ¡Llevemos el espectáculo a la época del Rey Sancho IV, El Bravo! Un regente que apostó por la cultura, como había hecho su padre: Alfonso X, El Sabio. Había que dejar la sotana de Thoinot Arbeau y su trabajo de recopilación de danzas medievales en Orchésographie, para ponerse en la piel de los miembros de la corte de Castilla en un momento crucial, la decisiva sucesión de Alfonso X.
Sigue leyendoInicios de novelas
Iniciar una novela se convierte en el rompecabezas de cualquier escritor. Tiene que ser un inicio espectacular, que atraiga al lector, que presente una diatriba poderosa…
El miedo al teclado
Da un poco de pudor reconocer que muchas veces he tenido y tengo miedo al teclado. Suele ocurrir en circunstancias en las que piensas: tengo que dejar por escrito lo que ha ocurrido hoy, quizás se me olvide…
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Escribiendo siempre a deshoras
Porque parece que para escribir nunca hay tiempo, que es lo último de lo último. Bueno, escribir esas cosas que nos gustan, ¿Cómo se llaman? ¡Ah! ¡Sí! Las novelas, los relatos, los poemas. Pero eso no da de comer. Sigue leyendo
¡Qué razón tienes, Stephen King!
Barriendo la casa, estaba escuchando música, recordando el videoclip de la canción mientras se me juntaban en el corazón un montón de recuerdos de aquella época no muy clarividente para quien esto escribe, y de repente, lo he visto. Las palabras de Stephen King se repetían en mi cabeza: pocas veces te llega la inspiración frente a un folio en blanco.
La rebelión interna que dice: escribe
Lo confieso, soy cobarde. ¿Puede que también me hayan hecho cobarde? ¡Qué importa! Es lo que siento. La dificultad de «deber ser» mil personas en una para encontrar unos ingresos estables que permitan seguir presionando teclas, poniendo en marcha neuronas para construir algo que merezca la pena con los lectores.
Encontrar tu elemento. Ya lo sé, me siento en el paraíso con un teclado y buenas lecturas a mi alrededor, apuntando en las notas de un móvil algo que me llama la atención, recordando conversaciones con amigos, sentimientos que se desprenden de las historias que me cuentan, con la intención de reflejar esas ideas de alguna forma en nuevas páginas.
Pero hay que dar de comer al cerebro. Es una pequeña incomodidad.
Fijaos en este razonamiento. ¿No os suena mucho a pensamiento único? «Hay que dar de comer…» Es una frase que lleva implícita una idea que es dinamita pura: escribiendo no comerás, primero busca un trabajo serio, luego filosofa. Cuántos actores y artistas han oído esto.
Pues mi cuerpo me pide marcha, me pide rebelión. Las ideas se han agolpado en la puerta de mi Parlamento Neuronal, llevan estacas, antorchas de fuego, y pancartas con un mandato: ¡Escribe!. Vienen dispuestas a prender fuego a todos los grupos neuronales que votan en contra del arte, que se apoltronan en sus sofás de cuero esperando la llegada de un rescate, que ante la moción de censura que hierve por dentro contra ellas están dispuestas a decir: ¡No!.
Son bellas, valientes, fuertes y vienen con el corazón palpitante porque tienen mucho que decir. Están a las puertas. Siento el calor de sus antorchas como una brizna de aire seco de agosto resbalando por las mejillas. El corazón palpita muy fuerte, se dilatan sus vasos, sube el torrente sanguíneo… Están a las puertas… y ¡se me ha caído la llave de la emoción!. Recoger rápido, introducir, girar, abrir…


